Translate

martes, 10 de diciembre de 2013

Capítulo 22. Tengo todo el tiempo del mundo.

Derek.

Marco había entrado por la puerta poco después de que el médico se hubiese ido.
Yo, en cambio, seguí mirándola fijamente mientras las lágrimas no cesaban, sin soltar en ningún momento su mano, rogándole que se quedara conmigo.
-Derek....-susurró Marco poniendo su mano sobre mi hombro.
Giré mi cabeza para verlo. A sus 17 años, él era un chico con una madurez muy poco común en su edad. Era responsable y, cuando salía de fiesta con sus amigos, nunca bebía y volvía un hora respetable. Cuidaba de su hermana como si fuese su vida, a pesar de que él tuviese un año menos. Desde que sus padres se pasaban la vida de viaje, él se había sentido responsable de cuidarla y sabía que se sentía culpable por no haber podido evitar los cortes de su hermana.
Físicamente, él tenía unos ojos azules como el mar y el mismo tono de pelo que su hermana, bastante corto. Era de la misma altura que yo y delgado, pero no demasiado.
-¿Qué?-susurré mirándolo con los ojos cristalizados.
-Se recuperará, ya verás como sí-aseguró animándome. Aunque sospechaba que se estaba dando fuerzas a él mismo, además.
-He sido un completo gilipollas, ¿sabes?-farfullé viéndola-. La dejé tirada y me fui con los populares. Con ellos no era feliz, echaba de menos a tu hermana, demasiado. Pero sabía que no había vuelta atrás. Ahora me arrepiento de haberla dejado sola. Muchas veces he querido dar marcha atrás en el tiempo y volver al momento donde decidí ser popular para cambiarlo y quedarme con Amy todo el tiempo. Quizás...seguramente así hubiese podido evitar que se cortase. Yo...de verdad la quiero, joder. La amo con toda mi alma, no podría vivir sin ella, no quiero que se valla de mi lado, no puedo permitir que se valla. Amy es todo para mí, a pesar de haberla dejado de lado. Es...la razón de mi sonrisa. Por ella me levanto cada día, solo por verla. Es demasiado importante para mí como para dejarla ir. No quiero, no puedo. La amo demasiado. Si ella se va...yo...me iré con ella-susurré mirando de nuevo a Marco mientras las lágrimas caían de nuevo por mi cara.
-Ninguno de los dos os iréis. Amy es fuerte y volverá a abrir los ojos para regañarme por no haber lavado los platos. Para volver a abrazarme en los malos momentos. Para darme consejos en cualquier instante. Para estar con nosotros en las buenas y en las malas. Es mi hermana, mi dulce y tierna hermanita. Tiene que vivir para estar a mi lado, a nuestro lado -murmuró pasando una mano por mis hombros-. De ella depende volver o no con nosotros, y sé que volverá por ti y por mí. Por vivir el resto de nuestras vidas juntos. Sé que volverá, tiene que hacerlo.
Comenzando a llorar, me levanté de la silla para abrazar al hermano de la persona que mas amaba en el mundo.
Escuchamos un suspiro y nos separamos extrañados para ver a Amy con los ojos abiertos mirándonos con una pequeña sonrisa.
-¡Princesa!-grité antes de correr a su lado, agarrando su mano fuertemente y sonriendo entre lágrimas.
-De....Derek...-susurró pesadamente.
-Hermanita...-susurró Marco mirándola con una sonrisa.
-Pequeño...- contestó ella haciendo una mueca.
-No hace falta que te fuerces, no hables si te cuesta, por favor-murmuré acariciando su mano.
-No...no pasa nada, puedo...hablar-contestó débilmente.
-Te quiero, te quiero tanto...-susurré mirándola directamente a los ojos.
-Os dejo solos-dijo Marco antes de salir con una sonrisa.
-Derek, yo....-susurró.
-No, no hables por favor. Te quiero, ¿vale? Siento haber sido un completo estúpido.
-Antes...os estaba escuchando....-farfulló con una pequeña sonrisa, haciendo que me sonrojara.
-Déjamelo repetírtelo, para ti-susurré besando su mano y agarrándola entre las mías-. Siento muchísimo todo lo que ha pasado en este tiempo, estoy tan arrepentido...Te quiero muchísimo. Soy un completo gilipollas por haberte dejado sola, lo siento. No sé como pude irme sin más, es que aún hoy no lo entiendo. Pero no lo puedo remediar, aunque me encantaría poder volver atrás eso no es posible, y es algo que me jode bastante. Siento todo el daño que te he causado dejándote tirada, de verdad que lo siento. Pero quiero que sepas que eres la razón de mi existencia. Que con solo recordar tu nombre sonrío como un idiota. Que te amo con locura y que no podría vivir jamás sin ti. Soy un jodido estúpido por haberte dejado sola y ahora querer que me perdones, así porque si. Entiendo si no lo quieres hacer, yo...
Ella me interrumpió posando su mano sobre mi boca.
-Shh, tú solo cállate y bésame de una vez, idiota-susurró apartando la mano, haciendo que sonriéramos antes de que yo juntara nuestros labios.
Lentamente y con cuidado de no hacerle daño, la besé mostrando todo mi amor por aquella chica que estaba en la camilla. La amaba, de eso estaba seguro. Ella era demasiado importante en mi vida y no quería dejarla escapar en ningún momento. Sonreí en el medio del beso mientras gritaba de felicidad dentro de mí. Nuestros labios seguían moviéndose al compás de una melodía imaginaria, y me separé de Amy lo suficiente como para mirarla a los ojos.
-¿Eso es que me perdonas?-susurré mientras ella se sonrojaba.
-Claro que te perdono, bobo-contestó mientras yo acariciaba su mejilla.
-Amy...-susurré inseguro-. ¿Por qué...bueno...por qué te cortabas?-pregunté débilmente.
-Derek...-murmuró ella mirándome a los ojos y suspirando resignada-. Es una larga historia....
-Tengo todo el tiempo del mundo-afirmé rogando para que ella me contara la razón.